Un Duque de sangre azul.
Por JuanK
La inmensa mayoría de los capitalinos y cubanos en general, llevan consigo el orgullo de este coterráneo, porque en él se resumen muchas de los pasiones por sus equipos de preferencia y la clase y casta de un “Noble” al mejor estilo medieval, dentro y fuera del terreno de béisbol.
EL DUQUE Hernández es de esos atletas que tuvo la oportunidad de ganarlo TODO, incluso lo más difícil, EL RESPETO DE SU AFICIÓN, y no solo de la tierra que lo vio nacer, sino también más allá de sus fronteras, muchos aficionados del mundo y en especial de la Ciudad de New York, donde es parte de esa armada que ha quedado para la historia como ÍDOLOS DE LA “GRAN MANZANA”
Todavía algunos mayores en la Havana Cuba, se cuentan anécdotas por allá por el hospital psiquiátrico donde el 26 de Industriales y de los Yankees de New York, comenzaba a demostrar esa clase que lo llevó a lo más grande del podio mundial.
Un lanzador que lo ganó TODO, ABSOLUTAMENTE TODO, Posee en su haber marcas únicas para Cubanos, como por ejemplo sus CUATRO TÍTULOS DE SERIE MUNDIAL, Y en una de ellas el MVP de la serie de campeonato. Ganador de la medalla de oro en los juegos Olímpicos de Barcelona 1992, tres veces campeón mundial, campeón panamericano y centroamericano, y por supuesto DOS VECES CAMPEÓN CON SUS INDUSTRIALES de toda la vida.
Hablar de un extra clase como el Duque, supone un riesgo TOTAL, ya que existen muchas cosas de este gran atleta para decir y plasmar en cualquier escrito, pero hay una en particular que no debe faltar jamás y es su récord ABSOLUTO en Cuba, ese promedio de victorias y derrotas de 126 – 47, se elige desde hace mucho tiempo, como marca cumbre entre todos los lanzadores que han pasado por nuestras 61 series nacionales de béisbol.
Sin duda alguna, hablar de Orlando es hablar de historia, es hablar de buenas prácticas humanas y de educación, no solo para la vida, sino para sus seguidores y aficionados a los cuales siempre les ha mostrado mucho respeto y entrega, dentro y fuera del terreno de béisbol.
La realeza mundial puede estar fraguada de grandes reyes y monarcas que adornen cualquier mesa de béisbol, pero de seguro en ella, habrá que guardan una silla, para ese DUQUE DE SANGRE AZUL.